Que la fisioterapia es una profesión relativamente joven todos lo sabemos. Quizás por este motivo aún tenemos que explicar muy y muy bien en que consiste, cuáles son nuestras competencias como profesionales de la salud, en qué ámbitos podemos tomar partido… Y quizás por esto la televisión no nos ha tratado demasiado bien. Recuerdo el primer fisioterapeuta que vi en una película, fue en “A propósito de Henry” (Regarding Henry, 1991), y aunque no sabía que sería mi futura profesión, me pareció un personaje importante en la rehabilitación de un paciente. En ella, Bradley (Bill Nunn), el fisioterapeuta de Henry (Harrisson Ford) le acompañó en todo el proceso de rehabilitación, tanto en el hospital como fuera de él, haciendo también partícipe a la familia. “Y eso es todo amigos!” Poco más han hablado de nosotros y con tal proximidad a la profesión. Rebuscando por la red he descubierto un par de películas más, “Jugada Perfecta” (Just Wright, 2010), y “Battleship” (2012). La primera es una comedia romántica con Queen Latifah de protagonista, siendo ella la fisioterapeuta de un jugador de baloncesto y terminando en historia de amor. En la segunda, una de las protagonistas, la chica guapa, es la fisioterapeuta en una guerra entre humanos y alienígenas.
Y cuál es la realidad de nuestro país? En la serie de televisión Hospital Central apareció alguna vez la figura del fisioterapeuta, pero como un personaje esporádico y simpático sin más importancia. La verdad es que en las series de televisión los únicos profesionales de la salud con gran protagonismo son médicos y enfermeras (en femenino), y esto nos ha alejado del gran público. Pero hace un par de temporadas apareció, con gran entusiasmo, y a la vez curiosidad, por parte de la profesión la serie de T5 Frágiles, protagonizada por Santi Millán. Y lo admito, soy una fan de la serie, pero con matices. Estoy totalmente enganchada a la trama amorosa entre los protagonistas, las relaciones personales entre todos los personajes y el avance de todo ello. Pero cuando se trata de hablar de fisioterapia esta serie pierde todo mi interés. En mi opinión, en ningún momento se ve reflejada mi profesión, ya no tanto por el precio desorbitado de la sesión (90 euros la hora), sino por los distintos pacientes y pseudotratamientos que se debaten durante el episodio. En general no se ciñen a las competencias propias del fisioterapeuta, hay invasión de competencias de otras profesiones sanitarias, tratamientos mal aplicados (duele solo de verlo)… en general una distorsión importante de la profesión.
Por otro lado, y por suerte para nosotros, encontramos a grandes profesionales con presencia en los medios, y con vocación de proyectar la fisioterapia en todos sus ámbitos al gran público. En el mundo 2.0 tenemos la gran plataforma de FSR (Fisioterapia Sin Red), con Raúl Ferrer al frente de todo un grupo muy activo en la red, que promueve debate, crítica, conocimiento y otros temas relacionas con la fisioterapia i las ciencias de la salud al alcance de muchos. Y como no, me gustaría cerrar esta entrada de opinión hablando de la persona que, bajo mi entender, está realizando un trabajo de concienciación y conocimiento de la fisioterapia y todos sus ámbitos y relaciones con otros profesionales de la salud como es Lluis Puig. Aquí muchos le conocen ya con su sobrenombre, el Fisioinquiet. Sus apariciones en los distintos medios catalanes le están reportando el papel de “el fisioterapeuta de cabecera”, por su manera sencilla de transmitir la información, y a la vez la veracidad de lo aportado.
Creo que este es el camino a seguir si queremos promover los valores y matices de nuestra profesión. Todo lo demás lo dejaremos en Hollywood.
Olga Borao Soler
Profesora Estudios de Fisioterapia EUCS Manresa