La pandemia ha obligado a modificar parte de nuestros hábitos y la forma de relacionarnos. La influencia de las nuevas tecnologías en la educación, la sanidad, las empresas… ha sido extraordinaria. La asistencia psicológica también ha tenido que adaptarse a trabajar con nuevas herramientas, como la terapia online.
Las primeras entrevistas diagnósticas, el tratamiento de psicoterapia individual o grupal, si es para niños, adolescentes o adultos, o si es para terapia familiar tienen unas características y requieren de técnicas que difieren dependiendo de la perspectiva teórica que se aborde, sea cognitivo-conductual, humanista, psicodinámica, etc. El Dr. Marino Pérez dice en un interesante artículo (La psicoterapia como ciencia humana. Papeles del Psicólogo,2019. Vol.40(1), pp1-14) que “la psicoterapia es una relación única en la vida de la gente, distinta incluso de las relaciones parentales, de pareja o de amistad en intimidad, confianza y sinceridad. La relación terapéutica brinda un contexto protegido sin los condicionantes que suelen tener las demás relaciones. Brinda también una acogida y acompañamiento”. Fijémonos, en esta definición, en las palabras “la relación terapéutica brinda un contexto protegido, que brinda acogida y acompañamiento”. Todo esto parece pensado para una relación interpersonal presencial, pero en la videollamada, ya sea por Zoom, por Skype, Teams, o cualquier otra plataforma, esa relación interpersonal es virtual. Por tanto, plantea toda una revisión de elementos importantes en la psicoterapia.
La alianza de trabajo es el principal instrumento de la psicoterapia, como sostiene el Dr. Marino Pérez en el citado artículo y se establece en la entrevista. En la entrevista son importantes la comunicación verbal y la no verbal, pero ésta queda ceñida al busto que aparece en la pantalla. No se puede saber si hay contacto visual, ya que puede estar mirando a otro punto de la pantalla, lo que dificulta uno de los elementos más ricos en la relación interpersonal, como es la mirada del otro.
Otro elemento importante es el encuadre, es decir, donde se establecen y en qué condiciones se van a llevar a cabo las sesiones: la hora, la frecuencia, la duración; el lugar de la casa, en el que se guarde la intimidad; y la seguridad de que no se puedan producir interferencias que dificulten el proceso terapéutico. También hay una cuestión de límites, ya que puede entenderse que al ser videollamada y estar en casa se puede realizar a cualquier hora. Tanto paciente como terapeuta tienen que pactar esas condiciones y esos horarios para poder realizar el proceso terapéutico.
Aquellas capacidades y habilidades del terapeuta como la empatía, la capacidad de escucha, la sincronía, la calidez, se pondrán a prueba en esta nueva modalidad. La confianza básica es fundamental para que tanto paciente como terapeuta puedan trabajar, para convertir la terapia en una experiencia enriquecedora, en algo creativo. Dice Hornstein que la “creatividad, esa capacidad para actuar o pensar de forma innovadora, está íntimamente ligada a la confianza básica. La confianza implica un compromiso que es un “salto a lo desconocido”, una disposición a aceptar lo novedoso” (Autoestima e Identidad. Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires, 2011. p.48). Esta experiencia terapéutica online no deja de ser un salto a lo desconocido y a aceptar lo novedoso.
En la terapia grupal, en relación con el encuadre, una de las dificultades es consensuar la hora para realizar la sesión. En cuanto a las dinámicas grupales, a todo lo dicho sobre la terapia individual, algunos miembros con dificultades para participar encuentran que les es fácil inhibirse en lo virtual. Las resonancias emocionales, la identificación con el otro, son elementos que se verán afectados por el formato virtual.
La terapia individual o grupal online no podrá sustituir a lo presencial, pero si que constituye una alternativa para que aquellas personas con dificultades para lo presencial puedan beneficiarse del tratamiento psicoterapéutico, como pueden ser personas del ámbito rural, pacientes oncológicos, o con otras patologías que tienen dificultades para trasladarse al centro de salud, o a la consulta privada del profesional.
Miguel Pérez, psicólogo y profesor de la Facultat de Ciencias de la Salud de Manresa de la UVic-UCC