La psicoterapia de grupo es la aplicación de técnicas psicoterapéuticas a un grupo de pacientes. Es un tratamiento eficaz, al menos tan eficaz como la psicoterapia individual, a la hora de tratar diversos trastornos psicológicos. Emplea factores terapéuticos específicos como infundir esperanza, universalidad, transmitir información, altruismo, desarrollo de técnicas de socialización, comportamiento imitativo y catarsis (Yalom, 1986)
La psicoterapia de grupo ayuda a reducir la angustia de los pacientes, aumenta la capacidad de enfrentamiento activo y la sensación de bienestar, ayuda a los pacientes a resolver problemas interpersonales, y sirve de catalizador para una mejora de la calidad de vida haciéndola, más rica y con experiencias más profundas.
Las ventajas de la psicoterapia de grupo van más allá de la rentabilidad económica. Es una forma de tratamiento que utiliza propiedades terapéuticas que no comparten otras psicoterapias. El escenario grupal es una herramienta terapéutica poderosa, ya que su poder proviene de la importancia de las interacciones interpersonales en nuestro desarrollo psicológico. Son estas interacciones y las intervenciones por parte del terapeuta cualificado las que convierten al grupo en el verdadero instrumento de cambio. Es esta característica la que otorga a la psicoterapia de grupo su extraordinario potencial (Foulkes, S.H. y Anthony, E.J. 2007).
En la actualidad, la terapia de grupo abarca un gran abanico de prácticas que van desde aquellas que buscan una mayor comprensión de sí mismos por medio la comunicación verbal, hasta las terapias basadas en las experiencias corporales, pasando por la interacción, la cognición y el condicionamiento conductual.
Así, y de acuerdo con los objetivos que se quieran alcanzar, se podría establecer una clasificación: las que buscan disminuir el nivel de excitación del sistema nervioso (meditación, entrenamiento autógeno, relajación), las que buscan eliminar los síntomas (conductuales, sugestivas, hipnóticas), mejorar la adaptación social (cumplimiento de tareas, adopción de roles), las que persiguen autoanálisis y modificación de la personalidad (terapias psicoanalíticas) y aquellas que buscan estimular la expresión de emociones (psicodrama).
La terapia de grupo puede ser de larga duración. Suelen desarrollarse en grupos, en general, heterogéneos a nivel de diagnóstico (depresión, ansiedad, trastornos alimentación, etc.) y lentamente abiertos (pacientes que abandonan el grupo y otros que se incorporan).
La terapia de grupo también puede ser de duración limitada, desde un número determinado de sesiones hasta un año. Los grupos de un determinado número de sesiones (25, 30) suelen ser los grupos de orientación psicopedagógica. Estos grupos son cerrados (número determinado de pacientes) y en ellos el conductor de grupo participa muy activamente dando consejos. Se resalta la importancia de generalizar en la vida cotidiana lo aprendido en la sesión.
Otro aspecto importante es que hay que distinguir entre psicoterapia de grupo y los grupos que se organizan deliberadamente con un propósito terapéutico y cuyo carácter como grupo depende de ello. Estos grupos pueden organizarse en torno a casi cualquier actividad: música, teatro, danza, arte, películas, grupos de expertos, clases de lectura, etc.
Para que los grupos puedan ser considerados psicoterapéuticos, han de reunir tres condiciones:
1) que el grupo se basa en la comunicación verbal
2) que el miembro individual es el objeto del tratamiento
3) que el grupo en sí es el principal agente terapéutico. La psicoterapia propiamente dicha se refiere a estos últimos grupos.
Para Guimón (Guimón, 2003), el calificativo de psicoterapéutico tiene una importancia vital, ya que si la psicopatología es la ciencia que estudia las perturbaciones de la conducta y de la experiencia del ser humano, las psicoterapias deberían ser definidas como los abordajes destinados a mejorarlas.
Para este autor la psicoterapia de grupo, para que pueda ser llamada así, deberá ser llevada a cabo por especialistas que hayan adquirido el conocimiento de una teoría tanto sobre la génesis de los trastornos como sobre los mecanismos implicados en su modificación y que traten de evaluar los resultados de su intervención. Por tanto los grupos deber ser conducidos por (médicos, psicólogos u otros) con una sólida formación en la conducción de grupos. La American Group Psychotherapy Association (AGPA) en sus Guidelines for the Training of Group Psychotherapists, además de exigir los diplomas de médico, psicólogo o asistente social con una experiencia de dos años, plantea como condición tener un mínimo de doscientas horas de psicoterapia individual supervisada antes de comenzar el programa de formación y un total de cuatrocientas horas antes de terminarlo (Guimón, 2003).
Miguel Pérez, profesor de la Facultad de Ciencias de la Salud de UManresa
Guimón, J. Manuela de Terapias de grupo. Tipos, modelos y programas. Madrid. Biblioteca Nueva, 2003.
Foulkes, S.H., Anthony, E.J. Psicoterapia de grupo. El enfoque psicoanalítico. Barcelona Ed. Cegaos Press, 2007
YALOM, Irvin d., Teoría y práctica de la psicoterapia de grupo. México. Ed. Fondo de Cultura Económica. 1986.