Seguro que alguna vez hemos utilizado algún producto con efecto frío o efecto calor en nuestros tratamientos. De hecho, es comúnmente conocido que las cremas de efecto calor son muy apropiadas para realizar un masaje vigoroso antes de la práctica de algún deporte ya que calienta la musculatura con su efecto térmico. Incluso algunos deportistas acaban siendo un poco “adictos” a este tipo de práctica “terapéutica” antes o después de los entrenamientos y/o partidos, sobre todo si han sufrido alguna lesión previa. Pero ya que estamos en una época en la que nos lo cuestionamos todo, también sería importante razonar sobre esta práctica tan habitual en nuestra profesión. ¿Realmente calientan el tejido estos productos? ¿Realmente lo enfrían? ¿O es sencillamente una sensación?
Para encontrar respuesta a estas preguntas debemos ir, como no, a buscar información en el sistema nervioso.
Los receptores de temperatura son canales iónicos transmembranales (permiten el paso de diferentes iones a través de la membrana celular) llamados comúnmente como TRP (Transient Receptor Potential), que se dividen según su secuencia. Los que más nos interesan en este caso son el TRPV (TRP Vaniloide) i el TRPM (TRP Melastatina)(Nilius, 2005). Estos canales no solo se activan en diferentes intervalos de temperatura, como podrían ser el calor nociceptivo para los TRPV1 y la sensación templada-frío para los TRPM8. Hay otros compuestos que comúnmente se pueden encontrar en el mercado como son la capsaicina (presente en los pimientos picantes), el alcanfor y el mentol que también producen la activación de los TRP citados anteriormente (Kozyreva, 2010).
Si analizamos los ingredientes presentes en cualquier gel, crema o loción que produzca efecto frío veremos que siempre hace acto de presencia el mentol u otros compuestos similares, como el eucaliptol. Este compuesto activa el canal TRPM8 que, como ya hemos dicho, también se activa en una situación de temperatura fría. Así, teniendo en cuenta que estos canales tienen la misma expresión para el mentol que para la temperatura fría, será inevitable que en cuanto el gel toque la piel del paciente le permita sentir sensación de frescor debido a que produce la estimulación directa de los receptores sensitivos de frío (McKemy & cols, 2002).
Pero este canal ha demostrado, además, un comportamiento paradógico puesto que en temperaturas cálidas, el mentol se interpreta como una sensación de calor, debido a que produce la sensibilización del canal TRPV3, termorreceptor de calor. Esto podría explicar el motivo por el cual diferentes pacientes, ante un mismo producto, describen la sensación experimentada como “calorcito” y otros como “fresquito”. (Macpherson, 2006; Hatem et al, 2006). No es que tengan una sensación distorsionada sino que, es posible, que las condiciones climáticas que hayan acompañado la aplicación del producto (aplicación de una crema fría en un box con aire acondicionado o aplicación de la misma crema en un partido de futbol a pleno sol en agosto) pueden generar la sensibilización de un u otro canal. Tengamos en cuenta pues este efecto, para mejorar los efectos que queremos generar en nuestros pacientes.
En el caso de los geles, cremas y lociones con efecto calor, encontramos entre los ingredientes básicos que los conforman, compuestos como el alcanfor y la capsaicina. Este último es el agonista de los TRPV1 más utilizado, siendo el protagonista de muchos fármacos de uso tópico. El alcanfor también forma parte de los agonistas de los termorreceptores de tipo vaniloide y se utiliza en forma de analgésico tópico. El TRPV1 se encarga de percibir sensación térmica nociceptiva. De esta manera, algunos productos que tengan un alto contenido de capsaicina, pueden producir una sensación térmica exagerada al paciente, llegando a ser incluso muy desagradable. Se asemejaría al calor desagradable que se experimenta en la boca al comerse un pimiento picante (que contiene un alto porcentaje de capsaicina).
Es cierto que los agonistas del canal vaniloide1 pueden generar sensación de calor y quemazón, aunque también, pueden llegar a producir la desensibilización del canal TRPV1. Por este motivo se explica la utilización de estos compuestos (y de estas cremas, en general) para tratar el dolor.
¿Pero qué puede pasar si se utilizan este tipo de cremas de forma continua y prolongada? Como cualquier canal iónico tiene la capacidad de adaptarse y, por lo tanto, de desensibilizarse, con lo que la neurona será incapaz de responder al estímulo. Incluso, en aplicaciones de capsaicina muy prolongadas (y a muy altas concentraciones para el tratamiento del dolor) se ha llegado a producir la muerte de terminales nerviosas (Amantini, 2007). Tengamos en cuenta este aspecto para intentar corregir estos hábitos de nuestros pacientes, a la vez que protegemos nuestras manos y evitamos estar, diariamente, en contacto con estos productos.
Meritxell Anaya
Profesora Estudios de Fisioterapia EUCS Manresa
Bibliografía
– Amantini C, Mosca M, Nabissi M, Lucciarini R, Caprodossi S, Arcella A, et al. Capsaicin-induced apopstosis of flioma cells is mediated by TRPV1 vanilloid receptor and requires p38 MAPK activation. J Neurochem. 2007. 102; 977-990.
– Kozyreva, TV; Kozaruk, VP; Tkachenko, E; Khramova, GM. Agonist of TRPM8 channel, menthol, facilitates the initiation of thermoregulatory responses to external cooling. Journal of Thermal biology. 2010. 35: 428-434.
– Hatem, S; Attal, N; Willer, JC; Bouhassira, D; Psychophysical study of the effects of topical application of menthol in healthy volunteers. Pain. 2006. 122: 190-196.
– Macpherson, LJ; Wook Hwang, S; Miyamoto, T; Dubin, AE; Patapoutian, A; Story, GM. More than cool: promiscuous relationships of menthol and other sensory compounds. Mol. Cell. Neurosci. 2006. (32): 335-343.
– McKemy, D. D., Neuhausser, W. M. & Julius, D. Identification of a cold receptor reveals a general role for TRP channels in thermosensation. Nature. 2002. 416: 52-58.
Les explicacions clares i senzilles sempre s’agraeixen. Últimament se sent molt a parlar de la capsaicina, doncs el món occidental ha descobert que té grans poders antiàlgics. Realment hauriem de donar més importancia a la farmacopènia i no desestimar alguns dels remeis que usaven antigament, però tal com molt bé expliques sense fer-ne abús sinó ús responsable.
Hola Ruth, moltes gràcies per llegir la publicació i per la teva aportació. Com bé dius “últimament” s’estan fent molts estudis utilitzant la capsaicina. En un primer moment es pensava que únicament els antagonistes del canal TRPV1 podien evitar que s’activés, i evitar així el dolor que produeix la seva activació. Però s’ha comprovat que els propis agonistes del canal, com la capsaicina, a altes dosis, poden produir aquest efecte analgèsic a través de la desensibilització dels receptors o la degeneració de fibres nociceptives. Si bé pot ser útil com a analgèsic en dolors neuropàtics, no hem d’oblidar que es tracta d’un canal iònic que actua de receptor (i ja sabem que els receptors informen al SNC per tal que la resta de l’organisme pugui actuar de manera efectiva, acord amb la informació rebuda). Així doncs, si no existeix aquesta neuropatia, hem d’anar en compte amb l’utilització desmesurada d’aquests productes.
Gràcies Meritxell per aquest interessant article sobre les cremes. Em faig una pregunta, a nivell muscular però , tenene efectes ? Vull dir que a part de la sensació, canvien la irrigació dels teixits (vasodilatació o vasoconstricció) que és l’efecte que sempre busquem.
Gràcies