¿Guarderías para bebés?

En la actualidad una de las preocupaciones de nuestra sociedad es el sufrimiento excesivo de los niños, en muchos casos por situaciones que serían evitables. La infancia siempre es vista como una época feliz, libre de obligaciones, de un disfrute pleno, juegos, diversiones, fundamentalmente todo dentro del ámbito familiar. Sin embargo, esto no siempre es así. Hay millones de niños que sufren, física y emocionalmente, por cuestiones como el hambre, la guerra, el tráfico de personas, la explotación laboral y sexual, las mutilaciones genitales, la precaria situación sanitaria o la falta de agua potable.

Creemos que en nuestro entorno todas las necesidades están cubiertas, pero también hay algunos menores que experimentan un excesivo e innecesario sufrimiento emocional. Estas serían las situaciones de abandono, malos tratos o situaciones familiares que afectan a la salud mental de los menores. Cuando algunas de estas situaciones se dan de forma continuada hay un riesgo extremo de que estos niños sean adultos con psicopatología.

De todas estas situaciones habla un texto muy recomendable titulado Relaciones, vivencias y psicopatología (Talarn, A., i alt, Herder, 2013). De forma didáctica y clara, ilustrada con ejemplos clínicos y citando abundante investigación, los autores abordan estos temas. Explican los autores, citando investigaciones recientes, que las necesidades infantiles se dividen en fisiológicas y afectivas. Merecen especial interés estas últimas que, según sostienen los autores, se manifiestan a través de tres sentimientos.

  1. el de formar parte de unas vinculaciones estables
  2. el de la aceptación
  3. el de ser importante para el otro.

Dentro de las necesidades afectivas los autores, resaltan la importancia de las vinculaciones estables, entendiendo por estable algo tan evidente como la rutina de los buenos tratos. Y es responsabilidad de los adultos lo que le sucede a los pequeños. El adulto es responsable de esta continuidad y estabilidad. De los ejemplos que ilustran esta tendencia colectiva que puede resultar perjudicial para los pequeños me voy a ocupar de una que, por su proximidad y aceptada con total normalidad, son las “guarderías para bebés”.

_DSC0347Hay cambios que se han producido en nuestra sociedad que tienen repercusiones en la vida laboral y la personal. Para el sociólogo Lluís Flaquer, citado por la Dra. Torras de Bèa (2010), la base del cambio sería la evolución de la familia: cómo ha ido evolucionando de la familia patriarcal, tradicional o clásica, hasta llegar a la familia post patriarcal, moderna o democrática.

Algunos de los cambios importantes relacionados con el tema que nos ocupa serían: la incorporación de la mujer al mercado de trabajo, el aumento de separaciones y divorcios -con el consiguiente aumento de familias reconstituidas-, y la aparición de nuevos tipos de familia como las monoparentales, homoparentales, etc.

Para la Dra. Torras de Bèa (La mejor guardería tu casa. Ed. Plataforma Actual, Barcelona, 2010), estos cambios han conducido a la generalización de las guarderías. La conciliación de la vida laboral y familiar, el cómo se organizan los padres sin ayudas sociales para el cuidado de los hijos, han acabado imponiendo la necesidad de la guardería. Como dice la Dra. Julia Corominas, citado por la Dra. Torras de Bèa en este texto, la guardería no es una necesidad del niño es una necesidad de los padres o una necesidad social.

Hay guarderías que aceptan a bebés de 4 meses. Los autores de estos textos nos alertan sobre la ligereza con que se dice que no pasa nada. Sí que pasa, y así lo dicen los numerosos estudios que recogen su libros. Los trabajos de Belsky (1988) y los estudios del National Institute of Child Health and Human Development, y otros autores con sus investigaciones (Marshal, 2003; NICHD, 2005,2007, Stipek y Byler, 2001), desmienten que por acudir pronto a una guardería se tengan más competencias sociales y académicas. Véase también www.nichd.nih.gov/publications/pubs.

Esto no significa, nos dicen estos autores, que las guarderías sean malas y que los niños se tengan que quedar en casa. Es más, en algunos casos es mejor la guardería que no la casa. Subrayan que se ha de distinguir entre uso y abuso. Hay que valorar y matizar cada situación y alertar de las posibles consecuencias, sobre la idea de que lo mejor para el bebé es cuanto más temprano vaya a la guardería tendrá más habilidades.

La pregunta es a qué edad es aconsejable que el niño asista a la guardería. Según la Dra. Torras de Bèa, una edad adecuada sería aproximadamente a los dos años y medio o tres, que es la edad en la que el niño ya comprende el lenguaje y es capaz de explicarse y dar a entender a la maestra o a la madre lo que le sucede.

Sin embargo, nos señala la Dra. Torras de Bèa hay niños que por razones ya sean familiares o de otro tipo, antes de los dos año asisten tres horas diarias. Belsky, autor citado anteriormente, señala que todo lo que sea más de diez horas semanales al final del primer año es preocupante. Un régimen más tranquilizador sería, a partir del segundo año, tres horas por día.

Surge la pregunta si la madre tiene que estar permanentemente con el bebé. La madre también tiene sus necesidades. Puede atender sensible y cuidadosamente a su hijo pero puede sentirse sobrecargada, con todas las tareas diarias. Dice la Dra. Torras de Bèa que la madre irá encontrando poco a poco la tranquilidad, pero la crianza no es cosa de una sola persona. Aquí adquiere gran importancia la pareja y la red familiar que conforman el entorno familiar.

Los cuidados en estos primeros meses son fundamentales para que el bebé establezca el vínculo afectivo, que llamamos apego. Este vínculo se establece gracias todo un proceso relacional que se inicia ya desde el embarazo, y continua durante la crianza. Se considera que queda establecido en torno a los seis meses. Por eso es importante esa continuidad y estabilidad en el cuidado del niño, ya que el estilo de apego y la calidad de la disponibilidad y la receptividad del cuidador son fundamentales para el desarrollo emocional y cognitivo del niño. Por tanto una vez establecido este vínculo, según el modo y las circunstancias en que se separe al bebé de esta figura de apego puede provocar niveles de estrés importantes en el bebé, como lo atestiguan números estudios (Belsky 2009, NICHD, 1997).

Para finalizar, decir, que como recogen los autores citados en este texto, se trata en cada caso de valorar grados y matices, determinados contextos y situaciones, pero sería bueno reflexionar sobre estas cuestiones y reclamar mejores políticas sociales, leyes que permitan, en palabras de la Dra. Torras de Bèa, una verdadera conciliación, ya que es “en la familia, en el buen cuidado del bebé y del niño pequeño, donde en primer lugar se socializa el niño y, donde se sientan las bases de la capacidad de aprender, capacidades que después la escuela podrá desarrollar.

De la importancia de esos primeros meses nos habla este bellísimo poema:

AMOR ABANS DE LES PARAULES

Quan no sabies parlar, jo t’agafava la mà.

Te l’ apretava un cop i tu em contestaves: un cop;

Te l’ apretava dos cops, i tu contestaves: dos cops;

Te l’apretava tres cops, i tu contestaves: mol cops;

Ens estimarem sempre, però potser mai sabrem

parlar tan clar.

Un cop vol dir un cop.

Dos cops volen dir dos cops.

Tres cops volen dir una ocellada blanca.

Jordi Teixidor de Ventós

Miguel Pérez, psicólogo y profesor de los estudios de Logopedia de la Facultad de Ciencias de la Salud de UManresa

Bibliografía

Belsky, J., y Rovine, M. ( 1988). Nonmaternal care in gthe first year of life and the security of infant-parent attachment” en Child Development, 59, 157-167.

Belsky, J., y Rovine, M (2003) “Child care and its impact on young children (0-2)” en. R.E. Tremblay; R.G. Barr y R.D. Peters (eds.): Encyclopedia on Early Childhood Development. Montreal, Centre of Excellent for Early Chilhood Development.

Belsky, J., y Rovine, M (2009). “Early day care and infant-mother attachment security” en R.E.tremblay; R.G. Barr y R.D. Peters (eds.): Encyclopedia on Early Childhoor Development. (online).

Marchall., H.H. (2003) “Opportunity deferred or opportunity taken? An updated loo at delaying kindergarten entry”, en Young Children, 58, 84-93.

NICHD Early Child Care Reserarch Network (1997). “The effects of infant child care on infant-mother attachment: results of the NICHD study on early child care, en Child Development,68, 860-879.

Stipek, D. y Byler, P. (2001) “Academic achievement and social behaviors associated with age of entry into kindergarten” en Journal of Applied Developmental Psycnhology, 22, 175-189.

Talarn,A., Sáinz, F., Rigat, A. (2013). Relaciones, vivencias y psicopatología. Las bases relacionales del sufrimiento mental excesivo. Herder, Barcelona.

Torras (2010). La mejor guardería tu casa. Ed. Plataforma Actual, Barcelona.

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